Personajes

Alfonso Diez

alfonso@codigodiez.mx

Falso debate, el planteamiento de los debates

 

La bandera de los que tomaron las tribunas de ambas Cámaras (de diputados y senadores) es que lo hacen para que haya un debate a nivel nacional, “en el que participe todo el pueblo, que no quede nadie sin hacer oír su voz”, por lo que a la Reforma Energética se refiere.

El planteamiento es infantil, superficial y absurdo.

“Todo el pueblo” no podrá “hacer oír su voz”, pero ni siquiera le interesa. Los que tienen una opinión formada al respecto, la ven reflejada en algún periodista, las más de las veces, o en algún legislador, las menos.

Pero además, ¿Cuántos diferentes puntos de vista esperan los del FAP en esa materia? Supongamos que haya tantas diversas opiniones como partidos políticos, que no es así, pero partamos de ahí para efectos de este análisis: serían ocho.

En realidad, esos ocho se reducen a tres grandes fuerzas: PAN, PRI y PRD y toda la cola de pequeños partidos aglutinados en el llamado FAP. Pero supongamos que son ocho.

¿Para eso quieren 120 días de discusiones ahora reducidos a 70?. Las deliberaciones para elaborar la Constitución de 1917 se llevaron dos meses. ¿Para analizar la multimencionada reforma necesitan 120 ó 70?

Evidentemente no. Nunca fue necesaria una toma de tribunas. Cualquier persona pensante se puede dar cuenta de que ese sólo fue un pretexto para seguirle poniendo piedritas en el zapato al actual gobierno.

Si a Felipe Calderón y al gobierno que preside le va mal, les irá bien a sus opositores en las próximas elecciones (eso piensan); de ahí parte toda su estrategia, pobre estrategia, porque se llevan entre las patas de los caballos al pueblo de México. Si al actual Presidente de México le va mal, le irá mal al pueblo, esa es la realidad.

Los partidos políticos de otros países más civilizados reconocen sus derrotas y reconocen las medidas positivas del adversario, porque no buscan solamente su provecho personal, intentan efectivamente el progreso de su nación.

No es el caso de “los políticos” integrantes del FAP. Ellos, a como dé lugar quieren que le vaya muy mal al presidente, es su sueño dorado. Pero con esa actitud, en realidad están cavando su propia tumba. Lo veremos.

Ahora, volvamos a lo del debate. Fuera de lo que ya se ha discutido en los medios de información y en el Congreso ¿Qué novedades esperan encontrar? ¿Qué nuevos planteamientos, en el supuesto de que efectivamente desfilara toda la población por la tribuna para dar su opinión?

Seamos realistas, pongamos los pies en la tierra, sin ánimo peyorativo; podría haber magníficas ideas, pero seguramente muchas caerían en la misma línea de las ya expresadas, otras, desafortunadamente las de la mayoría, podrían ser de este tipo:

 

- Yo creo que PEMEX debe seguir siendo de México.

- Que no vendan PEMEX.

- Corran a todos los del sindicato en PEMEX, porque son una bola de rateros.

- El problema son los partidos, quítenlos.

- Que ya no se venda nuestro petróleo al extranjero, que se quede en México.

- Ya no hay que comprarle nada a los gringos.

- Ya no estén perdiendo el tiempo, pónganse a trabajar (10√).

- Hagan más refinerías en México, para ya no comprarle a otros países.

- El problema es Calderón, quítenlo y pongan al legítimo.

- Quiten a Mouriño y pongan a Fernández Noroña.

- Metan a la cárcel a todos los revoltosos del FAP.

 

Claro, insistimos, que podría haber magníficas ideas, pero vistas las ya difundidas en todos los medios, difícilmente alguien podría descubrir el hilo negro.

Los legisladores chantajeados con las tomas de tribunas han cedido y concedido porque saben que no van a lograr la salida inteligente, que sería plantear en la misma tribuna apoyos y objeciones a la reforma propuesta por el presidente Calderón.

Lo ideal sería que cada partido hiciera su propia propuesta de Reforma Energética, pero fuera del gobierno y el PAN, ningún otro se ha tomado el trabajo, ¿por qué?: por falta de ideas, pereza legislativa, temor a ser denostados… O simplemente, porque no hay mucho que cambiar en realidad a la propuesta ya hecha por el gobierno.

Pero, lo dijimos antes, la estrategia es poner un obstáculo tras otro al gobierno actual, para que no avance… Aunque pierda también el pueblo de México.

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